Una visita realizada por integrantes del comité que se creó para enfrentar la crisis por la que atraviesa Manatí a raíz de la inundación pudo verificar que los trabajos que se realizan para cerrar el boquete que se hizo en el canal del Dique siguen dando resultados. Comparando las imágenes del lugar del 25 de diciembre con las de esta visita se nota un avance ¿Cuánto falta? La pregunta del millón y medio.
Nadie parece saber con exactitud cuánto falta por tapar, un día se dice que 70 metros, al día siguiente, aun cuando se ve un avance, se dice como si fuese una cifra nueva “faltan 70 metros”. De hecho en el boquete un empleado dice que 50, a unos pocos pasos otro dice que 70. Uno de los ingenieros que podría dar una respuesta más informada nos dijo que no hablaba porque la prensa lo tergiversaba todo, creo que pagamos los platos que otro rompió, sin embargo este ingeniero nos sugirió que habláramos con los contratistas, pero era hora de almuerzo por lo que no pudimos verlos. Así que nos quedamos con esa frase de cajón que dice “Los trabajos avanzan a paso lento pero seguro”.
La fobia que esa frase causa en estos momentos proviene de la forma en que combina esperanza y desesperanza sin que siquiera nos demos cuenta. La palabra “seguro” disfraza el peligro de la otra: “LENTO”, la lentitud que nos tiene a todos enterrados bajo el agua ¿Pero porqué lento?
Podemos dejar de lado la lentitud con que se enfrentó el problema y que nos tiene donde estamos hoy, también podríamos decir que la lentitud en los trabajos que se realizan ahora se debe en parte a todo el proceso que implica armar los pilotes y clavarlos con el martinete a lo largo del boquete para reconstruir el pedazo de vía que se rompió y que sirve para contener las aguas del canal, esto es sólo parte de un largo proceso que requiere mucho cuidado. Somos testigo del trabajo incansable y dedicado de todo el equipo que labora para que este hueco pueda cerrarse finalmente.
Pero preocupa el hecho que según trabajadores del mismo boquete (minuto 8:29 del video que aparece abajo) sólo se trabajen 12 horas diarias, de 6 am. a las 6 pm. o de las 6 a las 18 horas, o si lo quiere y para que no quede dudas, de seis de la mañana a seis de la tarde. “No se puede trabajar sin luz” es la respuesta que dio uno de los trabajadores cuando por información suministrada por otro de ellos se le pregunta si el horario se iba a extender hasta las siete de la noche.
Por supuesto que esto del horario de trabajo puede ser un mal entendido ¿Es posible que los trabajadores que terminan su turno a las seis de la tarde no estén enterados de que hay un segundo grupo que los releva cuando ellos terminan? ¿Puede entender la gobernación del Atlántico porque las dudas? Esperemos que no se despida o regañe a los trabajadores que dieron esta información, ya de hecho tuvimos problemas tratando de conseguir información veraz en el boquete porque según uno de los empleados ahí en el boquete, la prensa lo tergiversa todo.
Pero la gobernación sostiene que se trabajan 24 horas en el cierre, El gobernador Verano de la Rosa incluso dice que esto se puede ver en el enlace de internet que se habilitó para transmitir 24 horas las labores del cierre, ahora que si usted es de los que ha visitado ese enlace tal vez se ha encontrado en ocasiones con un mensaje en ingles que dice: “We are unable to connect to the content you’ve requested. We apologize for the inconvinience”, lo que al español traduciría algo como “No podemos conectarlo al contenido que usted solicitó. Pedimos disculpas por el inconveniente”. Esto ocurre principalmente en horas de la noche o de la madrugada.
Si bien maliciosamente se podría pensar que la transmisión la interrumpen para esconder que no se trabaja continuamente, la gobernación podría fácilmente descalificar esta hipótesis aduciendo una falla del servicio de internet, de la cámara o del servidor o computador utilizado para trasmitir.
No se puede entonces usar esta transmisión como prueba de nada, ni la podemos usar nosotros para probarles que no se trabaja 24 horas diarias, ni tampoco la pueden usar ellos para probar que si se hace.
Esto nos deja entonces con la afirmación que hacen algunos empleados en el boquete. El 28 de diciembre uno de ellos declara en frente de sus compañeros y en cámara que se trabajaba de 6 am a 6 pm por problemas de iluminación. ¿Por qué creerles?
A las seis de la tarde del 5 de diciembre, cuando todavía el asunto no había alcanzado las proporciones que hoy tiene, la alcaldesa del municipio de Manatí, abogada Silvia Elena Pérez, llegó al sitio donde se encuentra el boquete a ver como iba el cierre para encontrarse con el lugar completamente a oscuras.
El supervisor de los trabajos de ese entonces le informó a la alcaldesa que habían instalado la iluminación el día anterior, o sea el 4 de diciembre, pero que a las dos de la mañana esta había fallado al parecer por un problema con la planta, por esta razón se suspendieron los trabajos a esa hora, también le informó que se disponían a suspender nuevamente los trabajos a las 7pm, una hora más tarde, por la misma situación, falta de iluminación. En ese momento sólo contaban con la luz del bombillo de la grúa que colocaba las piedras y las de la maquina que las transportaba cerca de esta grúa.
Esta situación fue de conocimiento de todos, por lo menos de los que pudieron hacer algo incluyendo el gobernador quien fue informado al respecto por la misma alcaldesa del municipio. Pero al parecer ese día, más bien esa noche, no se hizo nada.
Podemos decir que eso ya es pasado, lo inconcebible es que ahora con todo el desastre que tenemos encima pareciera que la cosa sigue igual o por lo menos se maneja igual, que lo que pudo hacerse en un par de días se demoró semanas, lo que pudo hacerse en una semana se demoró un mes, y en eso llevamos ya un mes y un día y el boquete abierto castigándonos con las aguas del canal.
Mientras tanto el cierre avanza, seguro, pero LENTO, muy LENTO. Tristemente parece que no hubiese nadie capaz de cambiar eso, parece como si en este pedacito de tierra tampoco tuviésemos presidente. Nunca había sonado para nosotros tan trágica la pregunta de Chespirito ¿Y ahora, quién podrá defendernos?