Algo de Historia
María Guerrero Palacio de Burgos es el primer nombre que viene a la mente cuando se evoca la historia de la Normal Superior de Manatí, la razón es simple, a su tesón se le debe la creación de esta Institución Educativa que por casi medio siglo ha educado generaciones completas no sólo de manatieros, sino también de estudiantes venidos de regiones apartadas de nuestro municipio.
En una época en que la mujer apenas estrenaba el derecho a la ciudadanía y el derecho a elegir y ser elegidas, esta pedagoga, escritora y poetiza Manatiera consiguió la creación de la institución con el apoyo de importantes personalidades que incluyeron entre otros a Prospero Carbonel quien presentó el proyecto ante los parlamentarios costeños. La tenacidad de la señora María Guerrero y el grupo de apoyo fue tal que lograron que senadores tanto liberales como conservadores se unieran en torno a la aprobación de este proyecto, la lucha logró su objetivo cuando por medio de la Ley 116 de 1959 se creó la Escuela Normal La Inmaculada de Manatí.
La hoy Normal Superior se construyó en un predio comprado al señor Ricardo “El Monito” Consuegra con dinero donado por la comunidad Manatiera. Para el año 1961 la planta física de la normal ya estaba construida pero esta aun no había empezado a funcionar.
Ese año llegó como párroco al municipio el padre Sigifredo Agudelo quien para ese entonces también ocupaba el cargo de inspector departamental de Educación del Atlántico. Con su gestión se prepararon los exámenes de admisión cuyas inscripciones se abrieron a finales de ese mismo año. Estos exámenes se realizaron por primera vez en enero de 1962 en el edificio ubicado al lado de la iglesia, frente a la plaza principal del municipio. Los maestros de primaria hicieron las veces de recepcionistas recibiendo y orientando a las aspirantes y sus familias que venían de otros pueblos. El padre Agudelo asignó la tarea de calificar estos exámenes a los educadores Judith Nájera de López y Rubén Romero Orozco.
Después de esto, comienzos del 62, el Párroco Sigifredo Agudelo se fue de Manatí y lo reemplazó el padre Hugo Villegas quien fue nombrado inspector de educación local. Bajo su supervisión y con la asistencia nuevamente de los profesores de primaria se matricularon en la iglesia las primeras alumnas de la normal, para esto se usó papel membreteado de la Iglesia San Luís Beltrán ya que la institución aun no contaba con su propia papelería.
El padre Villegas consiguióque la secretaría de Educación nombrara como rectora en comisión a Sobeida Márquez quien desempeñaba las funciones de supervisora departamental. La nueva rectora obtuvo por intermedio del doctor Fernando Suarez Bornaceli, secretario de educación departamental de ese entonces, que se dotara a la normal del mobiliario y otros elementos necesarios para que empezara a funcionar, el doctor Suarez Bornacelli también nombró maestros en comisión pagados por el departamento.
Finalmente la normal abrió las puertas a sus estudiantes el 15 de marzo de 1962 con primero y segundo grado, pero la profesora Sobeida Márquez sólo estuvo como directora de la institución hasta las vacaciones intermedias de ese año, ella manifestó que se sentía impedida para ejercer las funciones de directora de la normal y supervisora al mismo tiempo. Es entonces cuando la secretaría de educación la envía a Bogotá a buscar una solución ante el ministerio de Educación, como resultado de esa gestión el ente nacional nombró como rectora en propiedad a Clara Roa y también algunos profesores.
Pero las estudiantes que en marzo del 62 entraron a cursar segundo grado se enfrentaron a un problema en el año 65 cuando iban a cursar el quinto ya que este y el sexto grado aun no habían sido aprobados por el Ministerio de Educación. Estas estudiantes fueron enviadas a diferentes instituciones del país a terminar sus estudios. Las estudiantes que entraron desde primer grado contaron con mejor suerte ya que en 1966 se solucionó el problema luego de una lucha encabezada por el padre Villegas y los padres de familia que los llevó hasta Bogotá a pedir ante el Ministerio que se aprobaran los dos grados faltantes.
Es así como las alumnas que entraron a hacer primer grado en 1962, y no las que entraron a segundo, se convirtieron el 25 de noviembre de 1967 en la primera promoción de la Escuela Normal.
Un año antes de esto, en 1966, el supervisor de educación Manatiero Porfirio Castillo fue enviado en comisión para organizar los maestros que debían formar parte de la anexa a la normal lo que facilitaría las prácticas de los grados quinto y sexto. En este proceso fue nombrada la profesora María Gertudris Castaño de Valencia como directora encargada y cinco maestras, cuatro de ellas fueron Negia Rumilla, Rita Maza, Julia Cantillo Peña y Ada Vizcaíno de Castillo.
La Escuela Anexa a la Normal comenzó a funcionar en 1966 donde hoy está ubicado el colegio bachillerato, el sitio se escogió entre otras cosas por su cercanía a la Normal, el colegio de bachillerato fue trasladado temporalmente a la Escuela Alianza.
En 1967 llegaron a la Anexa nuevas docentes nombradas en propiedad por el Ministerio de Educación Nacional, entre ellas María Castillo como directora y Zunilda Graciani y Vilma Blanco como maestras. Ese mismo año la sub secretaria de educación, María pimiento de Dávila, crea la Anexa No.2 la cual funcionó en las instalaciones de la Escuela Alianza, es en ese momento que el colegio bachillerato vuelve a ocupar su sede.
Nota: Esta reseña histórica es un trabajo en proceso y podría considerarse tan sólo “una versión” de una de las tantas páginas del libro de la historia de la Normal Superior de Manatí. Próximamente se habilitará un formulario en esta reseña para que pueda hacer correcciones o adiciones a la información aquí presentada.